La ola regresa al océano
- Soleil Bessadie
- 5 oct 2020
- 2 Min. de lectura

"A todas aquellas personas que me han inspirado a vivir... a creer, a crear y a soñar con otros mundos"
Estas son las palabras finales que aparecen en Sky Rider, concretamente en sus agradecimientos.
Hay muchísimas personas que deseo conocer. A las que me encantaría darles las gracias por todo lo que han supuesto en mi vida, la inspiración que me han dado, por animarme a intentar ser la mejor versión de mi misma...
Lo que me enamoró del doblaje es la magia que tiene. La capacidad de convertir las palabras en emociones, de hacerte reír y llorar...
En el planeta hay más de 100 idiomas pero las emociones son universales. En todos los países, independientemente del lenguaje que hablen, la rabia, la pena y la alegría son iguales. Todos lloramos si estamos tristes, nos reímos si algo nos hace gracia...
Por ese motivo, aparte de enamorarme del fantástico doblaje castellano que tenemos, me enamoré de otros idiomas como el inglés o el japonés.
Crecí admirando a sus profesionales, soñando con la idea de dedicarme a lo mismo que ellos e incluso de crear historias de las que pudiesen llegar a formar parte algún día...
Así, en cierto modo, nació Sky Rider.
De entre todos estos actores hay uno que destaca para mí, al que llevo más de la mitad de la vida admirando, y que por desgracia, falleció este año en Abril a causa de un cáncer.
Tuve la inmensa fortuna de aprender de un maestro del doblaje como lo es Pachi Aldeguer (voz habitual de actores como Antonio Banderas o Martin Lawrence). En una de sus clases, habló de como estaba avanzando la tecnología.
A nivel vocal, dijo una de las mayores verdades que he oído sobre esta profesión. Dijo que nunca existiría una máquina que pudiese hacer el trabajo que hace un actor de doblaje, porque las máquinas son incapaces de replicar, de tener esa chispa de vida, ese "algo" que hace que cuando ves una película o una serie te llegues a emocionar... El motivo es que los actores y actrices de doblaje dejan un cachito de su alma en cada trabajo, en cada grabación, y de algún modo el micrófono es capaz de grabar esa vida, por eso, incluso si un actor de doblaje muere, seguirá viviendo para siempre en sus trabajos. Porque en ellos ha dejado partes de su alma...
Odio las despedidas, les tengo mucho miedo, porque arrebatan tantas posibilidades... pero me gustaría compartir un pequeño vídeo (en inglés) de la maravillosa serie "The Good Place" que me ayudó a hacer las paces un poco con ellas y que hace que el corazón pese un poco menos.
(Siento haber escrito esta entrada de forma tan desordenada, francamente no soy capaz de ordenar mejor mis pensamientos, además de que he dormido sólo tres horas jaja)
Feliz cumpleaños Keiji

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